Soy friolera, no lo puedo evitar y en estos días que estoy un poco destemplada y medio constipada, me apetecía y mucho un plato caliente, de cuchara, de esos que me prepararía mi madre si la tuviera aquí al lado, así que me he animado y hemos comido un estupendo estofado de patatas y pollo.
Esta receta o al menos la parte fundamental, es una de las recetas que le pedí a mi madre por teléfono, hace ya muchos años para poder hacerla en casa, naturalmente, con el tiempo la he ido adaptando y modificando, por ejemplo, mi madre la hace en un cacerola a fuego lento y yo, claro, por aquello de las prisas, la he adaptado para que con 10 minutos de mi olla rápida esté listo.
Cuando os metáis en la receta, veréis que el pollo que utilizo es la pechuga de pollo deshuesada, y el motivo es fácil, me gusta meter la cuchara en el plato y no tener que ir apartando los huesecitos que inevitablemente se separan del pollo troceado y a mi hijo le pasa igual, se puede pasar más tiempo removiendo las patatas y buscando posibles huesos que comiendo.
Ojalá os guste tanto como a nosotros!!!
Estofado de patatas y pollo
Ingredientes.-
500 gr de pechuga de pollo entera
4 ó 5 patatas medianas
3 zanahorias
1 bolsa pequeña de alcachofas baby congeladas
2 pastillas de caldo de pollo
Cebolla
Perejil
Ajo
Azafrán
Colorante alimentario
Vino de cocina
Sal
Aceite de oliva virgen
Preparación.-
Primero de todo, no os asustéis por la lista de ingredientes que, aunque larga a primera vista, se trata de alimentos que todos solemos
tener en casa.
Comenzamos picando la cebolla muy pequeñita para pocharla en
una cacerola con aceite de oliva templada, mientras se hace y con cuidado de
que no se queme, vamos limpiando la pechuga de pollo y la troceamos sobre una
tabla, le ponemos un poquito de sal y cuando tengamos la cebolla lista,
introducimos el pollo para que dore, podemos ir echando el perejil y ajo picado
muy fino, también medio vaso de vino, lo dejamos a fuego medio durante unos
minutos y reservamos.
Pelamos las zanahorias y las patatas y una vez lavadas las
troceamos. Cuando tengamos listo el pollo incorporamos las patatas y zanahorias
cortadas, las alcachofas y agua suficiente como para cubrir todo, finalmente
añadimos las dos pastillas molidas, el azafrán, la punta de una cucharadita de
colorante alimentario, la misma cantidad de sal y cerramos con la tapa nuestra
olla rápida.
Subimos el fuego y una vez que comience a salir el vapor,
bajamos el fuego a la mitad y esperamos unos 10 minutos.
Pasado el tiempo indicado, retiramos del fuego y esperamos a
que salga todo el vapor para poder abrir la olla. Ya tenemos listo nuestro
estofado y sin duda estará más rico si esperamos un poquito a que repose.
Observaciones:
Para agilizar el proceso, yo utilizo en ocasiones, cebolla,
ajo y perejil ya cortado y congelado en pequeñas bolsas, es muy útil y práctico, sale muy bien de precio y lo tenéis listo siempre en el congelador. Yo lo he comprado
en mercadona, pero seguro que lo encontraréis sin problemas en cualquier otro
supermercado.
Respecto a las alcachofas, os diré que me encantan y le dan
un sabor inconfundible a las patatas, pero lo cierto es que no siempre las
tienen frescas en el super, por no hablar del tiempo que se llevan hasta que
por fin las tienen listas para cocer, así que hace tiempo que descubrí, también
en mercadona y en la zona de congelados, unas bolsitas de alcachofas baby, que
salen estupendas.
Por supuesto, que podéis modificar la receta, utilizando vuestros
ingredientes preferidos, por ejemplo, yo a veces, en lugar de echar las
alcachofas, aprovecho y echo unos 250 gr. de menestra congelada y sale
delicioso. Los pimientos rojos, verdes o ambos, le van fenomenal en el pochado
inicial con la cebolla, pero para esta ocasión se me habían acabado y el
resultado ha sido fantástico, así que no lo dudéis, se hace en menos tiempo del
que os imagináis y tenéis un plato de cuchara como él que hacía vuestra madre, para mojar pan en el sentido literal de la palabra. Y claro, si hacéis un poquito de más, genial, porque de un día
para otro está todavía más rico, eso sí, acordaos de calentar el plato en el
microondas sino queréis que las patatas se pongan zapateras.
En un tapper aguantan fenomenal durante unos 4 ó 5 días en el frigorífico, si es que quedan.
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