Soy friolera, no lo puedo evitar y en estos días que estoy un poco destemplada y medio constipada, me apetecía y mucho un plato caliente, de cuchara, de esos que me prepararía mi madre si la tuviera aquí al lado, así que me he animado y hemos comido un estupendo estofado de patatas y pollo.
Esta receta o al menos la parte fundamental, es una de las recetas que le pedí a mi madre por teléfono, hace ya muchos años para poder hacerla en casa, naturalmente, con el tiempo la he ido adaptando y modificando, por ejemplo, mi madre la hace en un cacerola a fuego lento y yo, claro, por aquello de las prisas, la he adaptado para que con 10 minutos de mi olla rápida esté listo.
Cuando os metáis en la receta, veréis que el pollo que utilizo es la pechuga de pollo deshuesada, y el motivo es fácil, me gusta meter la cuchara en el plato y no tener que ir apartando los huesecitos que inevitablemente se separan del pollo troceado y a mi hijo le pasa igual, se puede pasar más tiempo removiendo las patatas y buscando posibles huesos que comiendo.
Ojalá os guste tanto como a nosotros!!!