Esta receta significa mucho para mí, he pensado mucho si
debía compartirla o no, pues se trata de una receta familiar, con un ingrediente secreto y todo, es una receta de mi
queridísima Tía Abuela Leonor, cocinera durante años en un Hotel de Madrid y aún recuerdo cómo lo preparaba en su casa del
pueblo y desde luego mi madre siempre lo ha preparado de esta manera.
Es un postre clásico y lo sirven en
multitud de restaurantes, sin embargo es muy difícil encontrar un sitio donde lo preparen “bien”. Con este postre soy muy crítica y muchas veces cuando como fuera lo pido y he encontrado de todo, en ocasiones se notaba que habían cocido el arroz con agua y luego lo habían cocido unos minutos con leche, otras veces el arroz estaba aún un poco duro y con muy
poco azúcar, sin ningún toque especial y también, es verdad, he probado alguno muy rico, todavía recuerdo uno buenísimo en Asturias.
En casa nos gusta a todos, tanto que cuando lo
hago, me pasa como ayer que directamente multipliqué por 3 las cantidades, si
habéis leído bien, cogí la cacerola más grande que tengo en casa para cocinar 3 litros de leche.